MALANOCHE
De Arístides
Vargas
Texto concebido para el grupo
La Trinchera de Ecuador y ahora formateado para el montaje de Espalda de Bogo
Enero 2014
I
Dos hombres juegan billar y un barman los atiende. Una mujer está
presente, pero a la vez no lo está.
ELLA
Yo atrapaba
pájaros al atardecer cuando venían a dormir en los árboles de mango. Tenía una
pequeña trampa que consistía en lo siguiente: una armazón de caña con una
pajarita de papel en su interior, cuando los pájaros se acercaban y metían sus
cabecitas entre las alas del papel, se accionaba el hilo conectado a la pequeña
puerta de la jaula; esta caía y el pájaro quedaba atrapado por la ilusión de
esa pajarita de papel. Siempre creí que ellos sabían que se trataba de un
engaño y aún así se entregaban gozosos a la alucinación del papel. Años después
imaginé que las personas eran de papel organdí, que estaban hechas de ese
material tan frágil, que se les podía arrojar a un basurero, pero también se
podían escribir en ellas palabras que el fuego quema. Ella no sabía muchas
cosas, por eso será que nunca supo cómo se llamaban aquellos pájaros. Tampoco
supo cómo se llamaba la trampa que la atrapó en las cuatro patas de este billar,
encerrada al atardecer entre hombres de papel. Ella no canta. Antes cantaba
cuando era pájara, pero ahora ya no hay atardeceres, y por más que abre la boca
ya no hay sonido, no hay aliento, no hay gritos ni secretos… esas son las
desventajas de estar aquí, flotando en el humo, en la humedad, en el vaho de
esa rockola que ya no funciona. Yo tampoco funciono, soy un artefacto
descompuesto, dejé de funcionar casi sin darme cuenta, un día, una mañana, tal
vez una noche, sin darme cuenta, deje de sentir el dolor de muelas, el agua
sobre mi cuerpo, mi vestido rozando mi piel. ¿Cuánto nos parecemos a las cosas
muertas?
II
MIFASOL
No es
natural.
CARLITOS
¿Qué?
MIFASOL
El asunto.
CARLITOS
Sí, creo
que no.
MIFASOL
No es
natural la humedad.
CARLITOS
Hasta el
paño de la mesa se arruga.
MIFASOL
En noches
como estas a la gente se le caen las palabras de la boca.
CARLITOS
Debiera
llover como en otros lados.
MIFASOL
¿Y cómo
llueve en otros lados?
CARLITOS
No sé. Pero
siempre está lloviendo en otro lugar, que es otro lugar. Yo pienso siempre en
eso, siempre las cosas suceden afuera, es en otro lugar donde la gente ríe y
cae la lluvia, aquí solo el ruido del mar y el billar.
MIFASOL
Es la
humedad.
CARLITOS
Aquí hasta
la luz suda.
MIFASOL
Es la
humedad, yo sé lo que le digo.
CARLITOS
La lluvia.
MIFASOL
La lluvia
es la humedad en gotas, por eso no nos damos cuenta cuando llueve porque
estamos en la lluvia, en otra lluvia.
CARLITOS
El mar nos
salva.
MIFASOL
El mar es
la humedad hecha olas.
CARLITOS
Si
viviéramos en otro lugar…
MIFASOL
Seríamos
otros.
CARLITOS
Se ríe de
mí.
MIFASOL
No.
CARLITOS
A mí no me
gusta que se rían de mí.
MIFASOL
Pero yo no
me estoy riendo de usted.
CARLITOS
No me gusta
la burla.
MIFASOL
¿Me
escucha?
CARLITOS
Esa gente
riéndose de otra gente es penoso.
MIFASOL
No… escucha…
CARLITOS
Porque
debemos aguantar.
MIFASOL
Le toca…
CARLITOS
¿Qué?
MIFASOL
Le toca.
CARLITOS
¿Sí?
MIFASOL
Sí.
CARLITOS
Le decía:
la risa ofende.
MIFASOL
No es
natural.
CARLITOS
Una moto
quisiera.
MIFASOL
¿Qué?
CARLITOS
Una moto
atravesando la oscuridad de la noche lejos de nosotros quisiera.
MIFASOL
No es
posible.
CARLITOS
Que me
traslade una máquina quisiera.
MIFASOL
Le toca, a
usted le toca… dele…
III
La mujer se mueve. Los hombres le miran, el
hombre que está a su lado la sujeta. Los hombres empiezan a deambular a su
alrededor de vez en cuando golpean la bola.
CARLITOS
Tengo una
pregunta para usted, en realidad es para mí pero la hago extensiva: ¿por qué el
silencio?
MIFASOL
No existe.
CARLITOS
¿No?
MIFASOL
No existe.
CARLITOS
No le creo.
MIFASOL
Inténtelo.
CARLITOS
No.
MIFASOL.
Silencio.
(Pausa)
¿Ve? No
existe, siempre hay un rumor, las hojas caen en silencio y los pájaros se
reacomodan en sus ramas y siguen durmiendo, todo se escucha. ¿Usted qué cree
que hace la niebla cuando cae? Ruido, eso hace la niebla cuando niebla… ruido.
CARLITOS
Pero la
nieve no.
MIFASOL
Y usted
conoce la nieve.
CARLITOS
Sí.
MIFASOL
¿Cómo es?
CARLITOS
Como un
silencio blanco.
MIFASOL
Le toca.
CARLITOS
Viajé por
ese silencio.
MIFASOL
Le toca.
CARLITOS
Por eso
conozco lo que es estarse callado y en silencio.
MIFASOL
¿En
relación a qué?
CARLITOS
Sí.
MIFASOL
¿Un
silencio con relación a qué?
CARLITOS
Sí.
MIFASOL
El silencio
que precede al grito, por ejemplo.
CARLITOS
Me toca.
MIFASOL
Le da miedo.
CARLITOS
No es
posible.
MIFASOL
¿Qué?
CARLITOS
El grito da
lugar al silencio, el grito…
La mujer se mueve, el hombre la sujeta.
CARLITOS
Lo llena
todo de grito, por lo menos el grito al que yo me refiero incluso sigue
gritando ahora, pero después de un momento cesa y ya no soy el mismo después de
ese grito, yo ya no soy el mismo.
MIFASOL
Es un
pequeño accidente.
CARLITOS
Sí.
MIFASOL
Yo me corte
un dedo con un cuchillo y el ruido hizo crack… chas… dos veces, diferentes
entre sí pero dos veces, y después ¿qué cree?... no había dedo, la mano no volvería
a ser la misma… ¿quiere verlo?
CARLITOS
¿A quién?
MIFASOL
Al dedo.
CARLITOS
Pero ya no
hay.
MIFASOL
Si hay,
muerto, pero hay.
CARLITOS
No quiero
verlo.
MIFASOL
Dos ruidos
y la vida de mi mano cambio para siempre.
CARLITOS
No me
gustan los dedos.
MIFASOL:
Pero está
muerto.
CARLITOS
Entonces ya
no hace ruido.
MIFASOL
A veces
rasguña, pero no hago caso
La mujer se mueve. El hombre la sujeta.
CARLITOS
Mejor es el
silencio. Siempre es mejor el silencio aunque se haga de gritos.
MIFASOL
Tengo buena
memoria para los gritos.
CARLITOS
¿Sí?
MIFASOL
Sí. Puedo
olvidar fechas pero no gritos.
CARLITOS
Sí.
MIFASOL
El de mi
hermana diciendo… do… re…Mí… fa… sol.
CARLITOS
No quiero
hablar de gritos.
MIFASOL
O aquel
otro.
CARLITOS
Usted
también estaba allí.
MIFASOL
Le toca…
IV
CHEPANDOLFO
Yo creo… si
los caballeros me lo permiten… ¿me lo permiten? Digo, hablar ¿me lo permiten?
Lanzar un pensamiento ¿puedo hablar?
MIFASOL
Hable
hombre, que tanto protocolo.
CARLITOS
Para hablar
huevadas tanto protocolo.
CHEPANDOLFO
Mi madre
siempre me lo dijo: si abres la boca Chepandolfo, ha de ser para comer, o para
decir algo interesante. De lo contrario, estate quedito Chepandolfo, estate
quedito… que es más difícil sujetar la lengua que sujetar un caballo, así como
es más difícil sujetar una pasión que sujetar un pensamiento… quién no ha
tenido una pasión desenfrenada, si hasta los gatos aman y hacen sus cosas
amparados por la oscuridad, que no es buena consejera, la oscuridad digo, que las
cosas horrendas las amparan las sombras, la penumbra vaga, sí señor, con una
pasión podríamos… estate quedito Chepandolfo, estate quedito, la lengua es una
máquina y hay que aceitarla con buen aguardiente… ¿Se sirven los señores? Digo…
si quieren una cerveza… al amanecer es mejor esperarlo bebiendo y no escuchando
los gallos cantar, que eso es pura mentira, los gallos no cantan. Cantan los
cantantes pero no los gallos, los gallos chillan así como las mujeres… eso creo
yo. Estate quedito Chepandolfo, estate quedito.
CARLITOS
¿Cuánto
cree que falta?
MIFASOL
¿Para qué?
CARLITOS
Para que
amanezca.
MIFASOL
¿Qué hora
es?
CARLITOS
No sé.
MIFASOL
Yo siempre
le quise a ella.
CARLITOS
¿Se acuerda
de aquella vez?
MIFASOL
Nunca le
fallé.
CARLITOS
¿Se acuerda?
MIFASOL
Una vez le
compré una sombrilla.
CARLITOS
Le toca.
MIFASOL
Como la
gente de antes.
CARLITOS
¿De antes?
MIFASOL
Sí, antes
usaban sombrillas.
CARLITOS
¿Ella?
MIFASOL
Sí
CARLITOS
Es el antes.
MIFASOL
No le
entiendo.
CARLITOS
Que ella es
gente de antes.
MIFASOL
¿Y?
CARLITOS
Nada.
MIFASOL
Ella
siempre estaba callada como el agua.
CARLITOS
¿Qué?
MIFASOL
Como el
agua húmeda de la que antes hablaba.
CARLITOS
¿Ella?
MIFASOL
Sí.
CARLITOS
Está
callada como el agua.
MIFASOL
Eso le
quería decir.
CARLITOS
¿Qué?
MIFASOL
Que las
palabras caían como el agua de su boca, agua que nada dice, agua callada.
CARLITOS
Como la
ceiba.
MIFASOL
¿Qué dice?
CARLITOS
Digo que
ella está callada como la ceiba.
MIFASOL
¿Usted
habla con los árboles?
CARLITOS
No.
MIFASOL
¿Entonces?
CARLITOS
¿Entonces
qué?
MIFASOL
¿Cómo sabe
que la ceiba está callada?
CARLITOS
Creo que
usted no me está entendiendo.
La mujer cae. Rueda por debajo del billar. Chespandolfo la aguanta.
CHEPANDOLFO
Estate
quedita. No ves que los señores te están recordando, si haces ruido se pueden
espantar, ¿me entiendes? Ahora siéntate y descansa.
CARLITOS
Me refería
al silencio que produce el viento en la ceiba, otros árboles crujen y hacen que
sus ramas se rocen y griten, pero mire usted una ceiba, el viento le mueve, le
sacude y la ceiba no dice nada
MIFASOL
¿Y qué
quiere que diga?
CARLITOS
No sé…
quejarse.
MIFASOL
Yo creo que
la humedad le hace hablar huevadas.
CARLITOS
Mire. Lo
que quiero decir…
MIFASOL
Le toca.
CARLITOS
Sí.
MIFASOL
¿Qué?
CARLITOS
¿Qué de
qué?
MIFASOL
Le toca.
CARLITOS
Creo que
debimos pelearnos por otra cosa.
MIFASOL
No diga eso.
CARLITOS
No debimos
morir así.
MIFASOL
No diga eso.
CARLITOS
¿Pero no se
da cuenta?
MIFASOL
Ya va a
amanecer.
CARLITOS
En este
lugar siempre es de noche.
MIFASOL
Ya va a
amanecer.
CARLITOS
Me acuerdo
de aquel día.
MIFASOL
¿Cuál?
CARLITOS
Aquel día
en que íbamos… no me acuerdo muy bien en que íbamos ¿puede ser que alguna vez
hayamos subido a un barco? Ella, usted y yo en un barco. La memoria es
traidora, nos quita un pedacito, después otro pedacito, hasta que nos mutila
completamente. Y de un momento feliz atesorado en nuestros recuerdos, no queda
nada, solo el vano intento
MIFASOL
¿Qué está
intentando decir?
CARLITOS
Aquel día
estábamos alegres, los tres estábamos alegres, lo recuerdo, tomábamos cerveza y
nos mojábamos los pies en el agua salada, recuerdo que vimos un bote a lo
lejos, usted dijo: que bueno sería un bote, que bueno, y hacía silencio y al rato
repetía: qué bonito un bote… Ese día fue el más bonito en años porque estábamos
allí, tomando cerveza y mojándonos los pies en el agua salada.
MIFASOL
¿Por qué no
seguimos jugando en silencio?
CARLITOS
Mire… yo
solo quería…
MIFASOL
Cállese.
CARLITOS
Intentaba
recordar.
MIFASOL
No necesito
que me recuerde aquel día.
CARLITOS
Pero solo
era una tarde.
MIFASOL
Cállese, se
está burlando.
CARLITOS
No.
MIFASOL
¿Entonces
por qué carajo recuerda eso?
CARLITOS
Olvide lo
que dije.
MIFASOL
Quiere
herirme.
CARLITOS
No.
MIFASOL
Sí, usted
es una mala persona que me quiere herir
CARLITOS
Hablaba de
ella.
MIFASOL
Mentira.
Hablaba de mi pasado.
CARLITOS
Bueno, pero
no tenía ninguna intención.
MIFASOL
Mentira.
Hablaba de mí para avergonzarme.
CARLITOS
Se equivoca.
MIFASOL
No quiero
escuchar.
La acción se torna violenta.
CARLITOS
Yo no sabía
que pasaría lo que pasó.
MIFASOL
Cállese la
boca.
CARLITOS
Yo no lo
culpo.
MIFASOL
Usted
también estuvo allí.
CARLITOS
¿De qué
habla?
MIFASOL
Se ríe de
mis recuerdos.
CARLITOS
No.
MIFASOL
Sí.
CARLITOS
Usted habla
de un lugar donde yo no estuve.
MIFASOL
Usted
estaba allí, lo acaba de decir.
CARLITOS
Yo hablaba
de aquel día.
MIFASOL
Fue el mismo día o lo olvidó.
CARLITOS
No sé.
MIFASOL
Lo olvidó.
CARLITOS
No sé.
MIFASOL
Es su
responsabilidad.
CARLITOS
No.
MIFASOL
Es su
responsabilidad recordar sus actos.
CARLITOS
No me acuerdo.
MIFASOL
Es la humedad.
CARLITOS
¿Qué?
MIFASOL
Es la humedad que reblandece la vida.
CARLITOS
No recuerdo.
MIFASOL
Es lo mejor.
CARLITOS
Sí.
MIFASOL
Sí.
CARLITOS
Sí.
MIFASOL
Me toca.
CARLITOS
Creo que me toca a mí.
MIFASOL
(Después de una pausa larga)
Ella estaba
a nuestro lado. Junto al billar, junto a las botellas de cerveza, junto a las
noches interminables, ella estaba allí, quieta, respirando su soledad, pobre, y
pobres de nosotros sin ella: hay que olvidar… si me atraviesa la cabeza con su
navaja… si usted me atraviesa la cabeza con su navaja en este momento, en este
preciso momento en que la recuerdo no sucedería nada… nada sucedería entre
nosotros si usted hiciera esto.
CARLITOS
Es inútil,
de todas maneras la tierra está sembrada de muertos, el duelo tiene una doble
significación, es enfrentamiento y dolor por el que pierde… ella también retumba
en mi corazón, porque era buena, nosotros no, nosotros estamos meados por los
perros ¿sabe porqué la pena nunca llegará a este pueblo?
MIFASOL
No.
CARLITOS
Porque aquí
mismo vive.
V
ELLA
Ella venía
todas las noches al billar y se sentaba allí donde ahora estoy yo. Ella nació
en el billar, la mesa también nació en el billar, la esfera roja y la esfera
verde, los tacos y la tiza azul son sus hermanas. Lo primero que recuerda es el
sonido que provocan las esferas al golpearse entre sí, los mismos sonidos que
tiene la vida al golpear una esfera roja y una negra ¿ustedes están ahí?
Pregunta ella… sí, ustedes ¿están ahí o están en sus remordimientos? ¿En qué
miedo habitan ustedes que tanto hablan de ella?
Ella dormía
bajo la mesa del billar o sobre la mesa cuando el juego terminaba, ella era la
última parte del juego, el desenlace, entonces ustedes no hablaban de ella
porque en sus corazones habitaba ella, la mujer del billar le decían ¿lo
recuerdan? ¿Me están oyendo? ¿Qué lado de sus corazones está podrido?
Ella nació
junto al mostrador de esta cantina y el primer olor que recuerda es el olor
amargo de la cerveza rancia, nunca tuvo una palabra de aliento, nunca nadie le
atravesó un alfiler para ver si ella decía ¡ay! Nadie se puso a su sombra,
nadie supo si lloraba o cantaba. Un día y ella lo recuerda siempre, le dijeron
reina, aquella noche lloró en la oscuridad del billar la bola verde y la bola
azul, después los hombres jugaban con sus tacos golpeando las lágrimas de ella,
ella no dijo nada. Ustedes no entienden porque están en un lado de sus
corazones, yo estoy más cerca de ella que de esta mesa…
CHEPANDOLFO
Tienes que
acostumbrarte a este silencio y a estarte quedita como antes de ahora, yo hablé
con ese señor que vino a tomarte las medidas, y yo le dije: tiene las medidas
del viento… y el muy cojudo me quedó mirando ¿hay presunción de muerte? Me
dijo… y yo le dije: sí… porque hace días que la niña no viene a almorzar; se
puede faltar a todas las citas menos al almuerzo. El hombre puede traicionar,
corromper y faltar a la verdad, pero nunca, nunca traicionar una comida, dejar
que un ceviche se pudra, faltar a un almuerzo… lindo me salió esto último, no
ve que yo soy medio echado a filósofo,
no ve que mi mamita me dijo: Chepandolfo, tú tienes que ser filoso, y yo le
agregué: fo, filoso-fo es que fo en idioma gringo quiere decir zorro, y si fo
quiere decir zorro; fa zorra. Esto es importante porque hay que saber vivir con
sabiduría y morir también con sabiduría, si hasta los animales viven con
sabiduría, sí señor, por ejemplo los loros. A los loros hay que enseñarles a
hablar cosas serias, demasiados loros hay en las calles hablando huevadas para
que encima los loros que andan en los árboles también se dediquen a hablar huevadas;
el loro es un animal sumamente inteligente y filosofo ¿a un niño cómo se le
enseña a hablar? Por silabas ma-ma, pa-pa; pero al loro de una: papá y mamá,
toda la palabra; y yo incluso he llegado a enseñar frases completas los loros,
por ejemplo: mamá ama a papá y papá ama a muchas mamás… y el loro de una coge
viada y dice la frase completa.
Tuve un
loro llamado Serapio, ese era de los que se llamaban un loro conceptual, yo le
decía: Serapio, agua que no has de beber déjala correr, y él me respondía:
correr, beber, agua que no has… yo no sé si era conceptual o medio serrano, el
asunto fue que con Serapio manteníamos conversaciones constructivas hasta que
se puso en un plan de sabelotodo y se volvió insoportable, lo tenía aquí en el
billar, persona que entraba y le decía lo que comúnmente se le dice a un loro:
lorito… lorito… platanito y Serapio les contestaba: ¿qué te pasa pues cara de
bagre?, cruza mejor un encebollado y un par de bielas… se volvió un loro
igualado. Hasta que lo desaparecieron a Serapio; algunos dicen que fue la
policía por temor a que otros animales siguieran su ejemplo, porque mientras un
loro diga no, no creo que haya problemas, pero si un caballo dice no, se acaban
lo hipódromos, los caballos de carga, los del arado y la policía de a caballo. Mi
mamita lloró tanto cuando pasó esto, bueno, mi mamá, pobrecita, solo me tiene a
mí, yo soy su único hijo, y cuando se tiene una única cosa para llorar se
buscan motivos como la muerte de un loro o la… pero a ti no hay porque llorarte
porque a ti no te ha pasado nada, aquí nadie te conocía, apareciste como una
virgen en el billar pero no te fuiste para certificar el milagro, sino que te
quedaste, entonces el milagro se volvió cotidiano, así poco a poco nos fuimos
acostumbrando a tu estar sin historia sin pasado…
En las
cartas españolas hay cuatro cartas que son las primeras y las últimas, las que
fundan y las que cierran: uno de copas: libación; uno de oro: belleza y poder;
uno de basto: traición; y uno de espadas, más conocido como el macho de
espadas.
Tú tienes
todas estas cartas en tu corazón pero tú no eres un loro, tú no eres un
caballo, tú eres algo que nadie se atreve a decir… pero estate quedito
Chepandolfo que en este pueblo nadie sabe lo de nadie.
Escena de acciones de ella sobre la mesa.
VI
MIFASOL
Una vez
tuve un mono.
CARLITOS
¿Un mono?
MIFASOL
Sí, un mono, un macaco.
CARLITOS
Usted los
ha visto de cerca.
MIFASOL
¿A los monos?
CARLITOS
Sí, se
parecen tanto a las personas.
MIFASOL
Sobre todo
el mío. Yo le daba un puñetazo en la cabeza, el daba dos brincos y se trepaba
en mi hombro.
CARLITOS
No entiendo
en que se parece eso a un ser humano.
MIFASOL
Golpee
usted a un ser humano diariamente y verá como se trepa hasta su cuello.
CARLITOS
No le veo la gracia.
MIFASOL
No, si no es un chiste, pero si quiere le
cuento uno.
CARLITOS
No.
MIFASOL
Una vez
vino un ángel de la muerte a buscar a don Sebastián Rubio, que en realidad era
negro y de Rubio solo tenía el apellido, bueno para beber aguardiente era el
negro Sebastián, el asunto fue que el heraldo de la muerte le dijo: Vengo a
llevarte negro Sebastián y el negro le dijo: tómese un aguardiente hasta que
recoja mis cosas; y el ángel se tomó un primer aguardiente. Y al ratito el
negro le dijo: tómese otro mientras me lavo las manos y la cara y el heraldo se
tomó un segundo. Tómese otro le dijo el negro para festejar mi despedida de
esta vida de la cual solo me llevo los malos recuerdos… y así el ángel trago
tras trago se bebió las horas de esa noche en que debió llevarse al negro
Sebastián y solo se llevo una borrachera
de la que vino a despertarse al siguiente día cuando el capitán de los heraldos
de la muerte lo despertó a los gritos. ¡Despierta ángel borracho! A lo que
respondió ¡mejor pasa un trago para levantar el espíritu! Lo que le dieron fue
una paliza y si no se murió es porque los heraldos de la muerte no se pueden
morir. ¿Entendió el cuento o es muy difícil para usted?
CARLITOS
Sé lo que
quiere decir.
MIFASOL
Entones
bebamos para espantar la muerte.
CARLITOS
No quiero
beber, solo quiero seguir jugando, la bola blanca chocando contra la bola roja,
me gusta jugar porque mi cabeza se llana de sonidos secos.
MIFASOL
Le gustan los sonidos secos.
CARLITOS
Porque todo lo tiene que relacionar.
MIFASOL
Su conciencia no está limpia.
CARLITOS
Cállese.
MIFASOL
No se
preocupe. Nadie tiene la conciencia limpia como para no relacionar un sonido
seco con algún momento de su vida.
CARLITOS
Mi
conciencia tiene las mismas manchas que las suyas.
MIFASOL
Necesitamos
un televisor.
CARLITOS
¿Qué?
MIFASOL
En esta
cantina necesitamos un televisor.
CARLITOS
¿Para qué?
MIFASOL
Para
escuchar otra voz.
CARLITOS
No le
entiendo.
MIFASOL
Otra voz
que no sea la nuestra, porque es demasiado aburrido estar aquí en este lugar
del mundo en un silencio tan callado, porque hay silencios llenos de
conversaciones o silencios llenos de conversaciones, pero el nuestro no ¿se da
cuenta? El nuestro es un silencio sin nada ¿se da cuenta? Entonces hay que
poner un televisor ahí y sentarnos aquí… usted y yo aquí… venga siéntese. Miremos el vacío donde mañana tal
vez pongan un televisor. Venga sin miedo un momento… venga. ¿Qué ve?
CARLITOS
Nada.
MIFASOL
Ve, si
hubiera un televisor veríamos las noticias.
CARLITOS
Se a donde quiera llegar.
MIFASOL
Quieto. No
se mueva.
CARLITOS
Suélteme.
MIFASOL
Tiene miedo
mirar un lugar donde no hay nada y donde ayer hubo alguien.
VII
CHEPANDOLFO
(Entrando)
Perdón que
interrumpa este momento de intimidad.
CARLITOS
No sea
pendejo, no ve que estamos hablando.
CHEPANDOLFO
Así se
empieza, hablando y hablando, así se empieza pero nunca se sabe cómo se
termina, yo por ejemplo, soy un hombre… porque aunque no lo parezca soy un
hombre, comencé vendiendo cerveza y terminé vendiendo otra cosa, claro que esa
otra cosa que yo vendía nadie me la quiso comprar, tuve que regalarle, solo
Marcelo me quiso… perdonen que me ponga tan sentimental, Marcelo era mi mejor
amigo y se fue con el circo.
MIFASOL
Era enano.
CHEPANDOLFO
No sea
estúpido, él era fisicoculturista, levantaba pesas.
CARLITOS
Y lo
levantó a usted con lo pesado que está.
CHEPANDOLFO
Mire señor…
Marcelo para que usted sepa llegó a ser campeón nacional de pesas hasta que le
salió una hernia aquí en la pierna, una bola inmensa, era tan bonita la bola de
Marcelo, bueno, todo él era una bola, tan musculoso, tan voluminoso, tan
abultado que cuando lo conocí me dije: Dios mío es como abrazar una bolla, se
hasta rebota y todo, se dan cuenta, Marcelo rebotaba… cuando le salió la bola
yo le pasaba baba de sábila y era peor porque se convertía en una bola babosa,
pero yo lo hacía con cariño, porque cuando no nos quiere nadie uno puede
encariñarse con cualquier cosa, hasta con una bola. Un día me dijo: porque
Marcelo era una bola que hablaba, me dijo: Tú eres mi mejor amigo… y fue cuando
me terminé de joder, porque cuando a uno le dicen eres mi mejor amigo le joden,
porque no hay ni como protestar cuando uno deja de ser el mejor amante y pasa a
ser el mejor amigo. Mejor hubiese sido que me dijera: eres mi mayor enemigo,
una rata inmunda que no merece ser amada, por lo menos así el odio hubiese
trabajado el olvido y el olvido se hubiese ensañado con mis quereres. Dios mío
que mal que me estoy poniendo; cuando vaya a la ciudad me voy a comprar una
peluca color naranja, o amarilla, aunque la gente diga: que ridícula o ridículo
que la ridiculez no tiene género, la ridiculez es justa porque a todos toca con
su vara, no lo digo por ustedes… ustedes no son ridículos, ustedes son
grotescos, que es el lado artístico de la ridiculez ¿verdad?... mejor me voy a
poner una vela a la santa.
VIII
MIFASOL
¿Por qué lo
hizo?
CARLITOS
¿Qué?
MIFASOL
Lo que
salió en el periódico. ¿Por qué lo hizo?
CARLITOS
Yo no hice nada.
MIFASOL
Eran sangrientas.
CARLITOS
¿Qué?
MIFASOL
Las fotos…
eran sangrientas.
CARLITOS
Me quiere culpar.
MIFASOL
No.
CARLITOS
Sí, me
quiere culpar para que me sienta culpable.
MIFASOL
No… mejor
me voy a sentar.
CARLITOS
A usted lo
golpearon cuando era niño.
MIFASOL
A tomar una
cerveza.
CARLITOS
Cuando de
niños somos golpeados… el odio crece ahí, donde acaba la niñez.
MIFASOL
Basta.
CARLITOS
Usted no
acepta su niñez.
MIFASOL
Oye tu
maricón, tráeme una cerveza.
CHEPANDOLFO
Para que
sepa el caballero, soy gay, no maricón… maricones son aquellos hombres ahuevados
que no aceptan lo que les pasa ni tampoco lo que hicieron.
CARLITOS
Ahora yo le
pregunto a usted… porqué lo hizo.
CHEPANDOLFO
Responda,
no sea maricón.
MIFASOL
¿Qué carajo
quieren, ah?… yo no hice nada, solo estar aquí.
CHEPANDOLFO
Mire caballero, no se haga el cojudo por favor.
CARLITOS
Para hacer
lo que hizo debió estar aquí.
CHEPANDOLFO
Usted
tampoco se haga el pendejo.
MIFASOL
Él no se
hace.
CARLITOS
Me está
insultando.
MIFASOL
Estaba
borracho.
CARLITOS
Usted fue
el que lo hizo.
CHEPANDOLFO
Mantengamos
la calma por favor. Mantengámonos relajados.
CARLITOS
Usted
pretende que yo me sienta culpable para lavarse las manos.
MIFASOL
Mire don
Carlitos… usted ha visto cuando cae un pájaro… es decir, en el monte. Ha visto
cuando cae un pájaro.
CHEPANDOLFO
Yo he visto
varios pájaros… pero volando.
CARLITOS
Lo que
usted ha visto son gallinazos.
MIFASOL
Y loros.
CHEPANDOLO
Lo que pasa
es que ustedes viven enterrados en el monte ¿sabe lo que a ustedes les hace
falta? Roce mundano, eso les falta.
CARLITOS
A usted le
gusta que el mundo le roce.
MIFASOL
Por dónde
lo habrán rozado.
CHEPANDOLFO
Montubios
brutos, eso es lo que son, montubios brutos. Ya mi santa madre me lo decía:
nunca te acuestes con montubios porque… ay que vergüenza…ya olvide lo que me
dijo mi santa madrecita… mejor me voy a rezar y a ponerle una vela a la santa…
MIFASOL
Le decía…
CARLITOS
Hace calor.
MIFASOL
Es la humedad…
CARLITOS
Hace calor.
MIFASOL
Cuando un
pájaro cae.
CARLITOS
No quiero
que me diga nada.
MIFASOL
¿No quiere
escuchar?
CARLITOS
No.
MIFASOL
Cuando un
pájaro cae.
CHEPANDOLFO
¿Por qué no
dejan tranquilo al pajarito?
MIFASOL
Cae
completo.
CARLITOS
¿Qué?
MIFASOL
El pájaro…
cae completo.
CARLITOS
No le
entiendo.
MIFASOL
Caen las
plumas.
CARLITOS
¿Qué quiere
decir?
MIFASOL
Caen las
alas.
CARLITOS
No siga.
MIFASOL
Cae el
canto que cada pájaro guarda.
CARLITOS
Quiero agua.
MIFASOL
El árbol se
queda sin sus pájaros.
CARLITOS
Tengo que
irme.
MIFASOL
Y la tarde
se cuelga del cielo vacía de pájaros.
CARLITOS
No entiendo
qué me quiere decir.
MIFASOL
Quiere que
le explique.
CARLITOS
No… lo que
quiero es agua.
MIFASOL
El agua no apaga el fuego de la culpa.
CARLITOS
Me quiero
ir.
MIFASOL
Le voy a
explicar.
CARLITOS
No.
MIFASOL
Lo único
que nos puede hacer ver que un árbol existe es que haya un nido en sus ramas,
con un pájaro que cante, lo único que
nos enseña una rama es que la tarde cae… entonces si no hay pájaros no
hay árbol, no hay tarde, no hay sombra… comprende.
CARLITOS
No, y tampoco tengo ganas de entender.
CHEPANDOLFO
No se haga
el pendejo, que lo que quiere decir el caballero, bien que lo entiende. Si cae
uno caemos todos: eso es lo que intenta decir.
CARLITOS
Si aquí
hubo alguien que cometió una falta.
CHEPANDOLFO
Sáquenle
tarjeta rosa.
MIFASOL
O roja.
CARLITOS
¿Por qué lo
hizo?
MIFASOL
Eso mismo
me pregunto yo.
CARLITOS
Por amor.
CHEPANDOLFO
Ay señor,
pero por amor con una puñalada basta… o dos, con solo la puntita… del cuchillo
digo… pero hacer esa salvajada.
CARLITOS
Por amor se
puede hacer eso y más.
MIFASOL
Ahora me
quiere meter en este asunto, pero ese asunto es suyo.
CHEPANDOLFO
Los tres
estuvimos.
MIFASOL
¿Qué tal si
fue usted?
CHEPANDOLFO
¿Yo?
CARLITOS
Sí… usted.
CHEPANDOLFO
Yo.
MIFASOL
¿Acaso los
gayes no matan?
CHESPANDOLFO
¿Es una
amenaza?
CARLITOS
¿Por qué no
nos olvidamos de ella?
MIFASOL
Lo que
quiero decir es que este maricón es una amenaza.
CARLITOS
Y lo que yo
le digo es que no podemos salir de la trampa que ella nos tendió.
MIFASOL
Ella ya no
está.
CARLITOS
Lo sabe.
MIFASOL
Usted también lo sabe.
CARLITOS
Bien que lo
sabe.
MIFASOL
Es la
humedad.
CARLITOS
Yo la amaba
a ella.
MIFASOL
Es la
humedad de mierda.
CARLITOS
Yo la amaba mucho a ella.
MIFASOL
Usted no
ama ni al perro.
CARLITOS
Máteme.
MIFASOL
¿Qué dice?
CARLITOS
Máteme como
me mató aquella noche en que mató lo que más amaba.
MIFASOL
Usted sí
que es un infeliz.
CARLITOS
Tiene miedo.
MIFASOL
Es la
humedad.
CARLITOS
El miedo le
destroza el estómago.
MIFASOL
Es la
humedad.
CARLITOS
El miedo le
destroza el cerebro.
MIFASOL
Se acabó.
CARLITOS
El miedo le
daña toda posibilidad de esperanza.
MIFASOL
Se acabo,
voy a meter este taco en sus vísceras.
CARLITOS
Es un
miedoso de mierda.
MIFASOL
Se acabó
(Pelea)
IX
MIFASOL
Reconstruyamos
los hechos, usted tenia la mano así, así la tenía.
CARLITOS
¿Eso qué
tiene que ver?
MIFASOL
Lo tomé
como una orden.
ELLA
Yo estaba
sentada allí.
MIFASOL
Ella estaba
sentada allí y no decía nada.
CARLITOS
No sé
porqué insiste en recordar algo que nunca sucedió.
MIFASOL
Yo venía en
el autobús y pensaba que usted estaría aquí, y ella también; como siempre, como
todas las noches y ella me miraría como si hubiese pecado, como si hubiese
cometido algo malo, entonces llegué como siempre, como todas las noches y esa
sensación desapareció porque…
CARLITOS
Ese día el
mar estaba seco, lo sé por el ruido que hace cuando se rompe, cuando el mar se
rompe.
ELLA
Yo estaba
aquí y las ventanas estaban abiertas y el aire entraba y salía.
MIFASOL
Entonces me
senté y me quedé mirando la oscuridad, los colores de la oscuridad.
ELLA
Yo no tengo
más que un vestido, cuando lo lavo me quedo desnuda hasta que se seque, aquella
noche estaba limpio.
CARLITOS
Cuando
llegué usted estaba sentado allí, mirando los colores de la oscuridad.
MIFASOL
Hacía calor
y pedí una cerveza.
ELLA
Solo sé que
estaba allí, de todas maneras es lo único que recuerdo de mí, siempre sentada
allí, o allí sentada desde siempre.
MIFASOL
Luego bebí
un sorbo de cerveza y miré como esos animalitos dan vuelta alrededor de la luz.
ELLA
Yo nunca
hice mal a nadie.
CARLITOS
Me quedé en
el umbral de la puerta y tenía la sensación de que aquí había humo, no, no… no
aquí sino en aquella cantina.
ELLA
Pero la
gente no me quería mucho.
CARLITOS
Y usted
estaba ahí mirando como los zancudos daban vueltas al foco de la luz.
MIFASOL
Todo era
tan raro.
CARLITOS
Entonces
pidió otra cerveza.
MIFASOL
Y después
dos más.
ELLA
Por primera
vez se me cruzó por la cabeza mientras ellos bebían cerveza, allí sentados en
aquella noche, por primera vez pensé que había algo más, más allá de ese
mostrador, esas mesas, esas ventanas.
CARLITOS
Entonces
usted se secaba el sudor con la manga de su camisa.
MIFASOL
Y usted se
sentó a mi lado y sacó una cosa, la traía envuelta en una bolsita de papel,
pero yo no la vi en ese momento, la vi después y pensé que allí había un poco
de café o un poco de arroz, por eso no la vi en ese momento, pero no era arroz,
no era café, no… no… no.
CARLITOS
Entonces
ella comenzó a hablar y me dijo que la mirara a ella que estaba sentada allí.
ELLA
Y me dijo
que estaba cansado de estar solo, y a mí me dio pena ese hombre tan solitario
que me hablaba de su cansancio. Por eso pensaba yo que había algo más allá de
aquel lugar tan espantosamente desolado.
MIFASOL
Entonces
usted me dijo que la mirara a ella que estaba sentada allí.
CARLITOS
Y me dijo
que sería bueno estar con alguien.
MIFASOL
Entonces
habló y yo había bebido mucha cerveza.
ELLA
Me puse de
pie y comencé a peinarme.
CARLITOS
Yo no dije
nada.
MIFASOL
Usted
hablaba.
CARLITOS
Abrí la
boca pero no dije nada.
MIFASOL
Dijo que noches
así había que pasarla bajo los árboles junto al río, eso dijo.
CARLITOS
Yo nunca
hablé.
MIFASOL
Entonces
ahí fue cuando vi el papel entreabierto y vi también que estaba oxidada.
CARLITOS
Usted fue el
que abrió el papel.
ELLA
Usted fue
el que abrió el papel.
MIFASOL
Y dijo que
noches así era bueno pasarla con alguien y fue hasta la ventana y miró a la
gente vecina sentados afuera en sillas y hamacas y yo sabía que usted deseaba
ser uno de ellos, un vecino tranquilo, con una muerte tranquila y un trasero
tranquilo echado en una hamaca.
ELLA
Entonces yo
me dije: puedo caminar.
CARLITOS
Usted me
hizo que le mirara.
MIFASOL
Y quise lo
mismo de usted.
ELLA
Un… dos.
CARLITOS
Yo no podía
saber lo que iba a pasar.
MIFASOL
Abrió el
papel.
ELLA
Un, dos.
CARLITOS
Yo nunca me
puse de pie.
MIFASOL
Yo no
comprendía.
ELLA
Un, dos.
MIFASOL
Por fin vi
con claridad.
CARLITOS
Pero no fue
una señal.
MIFASOL
No, fue una
orden.
ELLA
Entonces.
CHEPANDOLFO
Entonces
los señores pidieron otra cervecita.
CARLITOS
No seguimos
bebiendo aquel día.
MIFASOL
Usted no se
meta.
CHEPANDOLFO
Perdón
señores, pero no se me malinterprete, yo dije: pidieron otra cervecita, ahora,
es una pregunta… entonces los señores pidieron otra cervecita. Así dije.
CARLITOS
Lo que queremos
es que desaparezca.
MIFASOL
Lo que
queremos es reconstruir los hechos.
CHEPANDOLFO
Pero si lo
hecho, hecho está.
CARLITOS
Usted no se
meta.
CHEPANDOLFO
Pero si ya
estoy metido, ustedes me metieron aquel día.
MIFASOL
¿Qué está
diciendo?
CARLITOS
Huevadas,
como siempre.
CHEPANDOLFO
Entonces
díganme los señores ¿y yo… donde estaba?
MIFASOL
No sé… allá
adentro.
CHEPANDOLFO
Aquel día…
donde estaba.
CARLITOS
Usted no
estaba.
CHEPANDOLFO
Si yo soy
el dueño del billar, cómo no voy a estar, claro que estaba… yo estaba aquí y
usted estaba allí sentado, entonces Mifasol entró con ella del brazo.
MIFASOL
Yo.
CHEPANDOLFO
Sí.
CARLITOS
Puedo verlo
con claridad entrando con ella del brazo.
CHEPANDOLFO
Traía una
herramienta.
MIFASOL
¿Quién?
CHEPANDOLFO
Usted,
traía una herramienta.
MIFASOL
Envuelta en
plástico.
CHEPANDOLFO
Sí.
ELLA
Tenía que
irme como sea de aquel horrible lugar.
CARLITOS
Era una
pala.
MIFASOL
Siempre
quise tener una pala nueva y ese día.
CHEPANDOLFO
Hacía un
calor durísimo.
CARLITOS
No la traía
del brazo.
MIFASOL
No, porque
ella no quería venir.
CHEPANDOLFO
La pala
brillaba como este vaso.
CARLITOS
La sujetaba
de la muñeca.
MIFASOL
Ella no
tenía fuerza.
CARLITOS
Entraba y
salía de la ventana como si estuviera en el aire.
MIFASOL
La traía
así porque ella no quería venir al billar.
CARLITOS
La mirada
de ella yo la conocía porque me había mirado así otras veces.
MIFASOL
La traía
así porque quería que me viera
CARLITOS
Yo le
conocía a ella
MIFASOL
Jugar al billar
con usted
CHEPANDOLFO
Usted la
puso sobre la mesa y usted hablo de un terreno
CARLITOS
La pala… ¿era
nueva?
MIFASOL
Creo que sí
CARLITOS
¿Sí o no?
MIFASOL
Pongamos
que sí.
CARLITOS
Y porque me
pasó la pala si lo que quería era que nos viera jugar al billar
MIFASOL
Porque no
podía ser de otro modo
CARLITOS
¿Por qué
tenía las manos calientes como si hubiese estado bebiendo antes de venir aquí? Yo
sabía lo que ella quería, de todos ella ya no está y de nada sirve andar por la
vida como una carambola, solo podemos huir aterrados como este círculo blanco…
como este círculo rojo esperando el próximo golpe… le toca.
MIFASOL
No podía
ser de otro modo, el que ganaba tenía que hacerlo, entre nosotros las cosas son
así, aquí, en la ley del billar el que gana completa el trabajo. Esta noche ha
sido larga y ya no tengo ganas de dormir, antes, más antes que ahora había
carteros, ya no hay carteros… es decir, personas que traigan noticias escritas
en papel, quiero decir que aquí estamos lejos de todo y poco importa lo que nos
pase o deje de pasar, es la lejanía hecha agua la que nos rodea… esa humedad;
muy húmedo es aquí, estamos cerca del agua y lejos de todo lo demás… le toca.
CARLITOS
Dicen que
ahora hay otras cosas.
MIFASOL
¿Cosas?
CARLITOS
Sí… le toca.
MIFASOL
¿Para qué?
CARLITOS
Para el
asunto de los carteros.
MIFASOL
Ah.
CARLITOS
Las
personas pueden sentarse sin esperar nada
X
ELLA
Yo no sabía
que el infierno era un lugar tan desolado, tampoco creo que el cielo sea un paraíso,
quiero decirles que la última vez que les vi estaban exactamente donde están
ahora y hacían lo mismo que están haciendo. ¿Cuándo fue la última vez que
estuve con ustedes? Pero estaban igual, igual que ahora, aunque ahora ya no me
ven, bueno, me ven, pero no miran adentro, solo miran hasta aquí, entonces les
creen a sus miradas y sus miradas no
dicen la verdad… yo les amé pero ya no les amo.
Amar,
supongo, es como tener fe en algo, creer que algo nos va a hacer bien, pero
perdí la fe en ustedes, ustedes ya no son algo que me hace bien ¿me escuchan?
Mis glóbulos son blancos y rojos, y golpean en mi sangre sin necesidad que
alguien les de con un palo de madera, yo ya no juego en este billar, juego en
mi paño verde de lágrimas, yo juego mi juego con mis glóbulos sin necesidad de
ustedes, no sabia que el infierno era un billar, un par de tacos, una tiza azul
y la desolación humedeciéndolo todo… no me mataron ustedes, yo me maté de
ustedes, ustedes nunca matarán a nadie, ni siquiera una mosca, ni siquiera al
tiempo, ni siquiera al olvido
MIFASOL
Si…
CHEPANDOLFO
Esta es una
tierra jodida, muy jodida… digamos que jodidísima… Una cervecita para los
señores… Digamos que el mundo puede dormir tranquilo porque en este billar,
nunca va a pasar nada ¿qué opinan los señores, lloverá mucho este invierno…
este verano? Las moscas… si, son vivas, las moscas, ellas ven una mesa servida
y van derechito y se posan, mejor dicho, se invitan a comer, ellas huelen que
algo se corrompen y van derechito a comer; claro que hay algunas que se ahogan
en un vaso de agua, pero son las menos; hay más accidentes de autobuses que
moscas ahogadas en el agua, lo que quiere decir que una mosca tiene más cerebro
que un chofer
(Ríe)
¡Qué tierra
más jodida… y que cantidad de moscas en esta cantina!
ELLA
Entonces
comprendí que las piernas caminan, que los zapatos se gastan y que el aire
cambia y que hubiese querido irme a la tierra aquel día, pero me di cuenta que
tenía un par de piernas, que podía patalear, que no hay que dar la razón a los
incendios y a las estadísticas… todo se transfigura cuando hablo de mí y no
pretendo hablar de los otros…
Entonces
los hombres estaban aquí parados con su honor intacto, y no hicieron nada,
porque no pudieron hacer nada; cuando me vieron volar por la ventana creyeron
que era una rama y era nada que corría de esa noche llena de moscas en la
cerveza sobre el único verde a la redonda, sobre la esfera blanca y la esfera
roja. Entonces yo tomé mi vestido empapado en vinagre y me borré de esa imagen
con aquellos hombres en aquel lugar donde ellos tosían y jugaban al billar.
FIN
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